Tal vez estés buceando por internet a la búsqueda de información sobre las múltiples psicoterapias que existen. Hay muchas y variadas y es habitual no poder decidirse por una.
El psicoanálisis es un tratamiento donde se escucha al sujeto que manifiesta su sufrimiento. No es una terapia, no se dan ejercicios, fórmulas; se ayuda a que el paciente pueda averiguar qué provoca su malestar. A menudo no es lo que él cree, o no ha podido identificar lo que estaba relacionado con éste. Es por ese motivo que no consigue por sí solo hallar la mejoría.
El psicoanálisis se basa en la palabra y trabaja con el inconsciente. Nacemos en un mundo de lenguaje, de modos de decir, de frases que hemos oído desde la infancia, palabras que nos han marcado y han dirigido nuestra vida. Conocerlas, hablar y contarse, hará posible que el sujeto pueda dejar de sentirse constreñido en el discurso familiar y social, y decidir si quiere optar por hacer algo diferente. Se trata de que sus síntomas no le impidan hacer lo que desea.
A menudo llegan a nuestros consultorios personas que han elegido consultar a un psicoanalista porque otros tratamientos no han producido resultados, éstos no han sido duraderos o incluso se han agravado. En la escucha psicoanalítica y en la nueva lectura de su relato pueden encontrar otro modo de verse y de hacer para poder recolocar las fichas de su propio puzle, que descubrirá una imagen muy a menudo sorprendente. Sin sugestión, sin mandatos ni “deberes”, podrán ir autorizándose a conducir su vida con mayor libertad y menos carga.
En lo referente a las tarifas, no hay un coste fijo estipulado. En la entrevista con el analista se establecerá cuál ha de ser en función de las posibilidades económicas del paciente.
Otro interrogante que traen algunas personas al consultorio se refiere a la duración del tratamiento. En contra de lo que se suele creer no necesariamente debe transcurrir un espacio de tiempo dilatado para ver resultados, en ocasiones la persona que consulta consigue aliviar su malestar en unas cuantas sesiones. Y lo que es más interesante, los cambios serán permanentes.
Las sesiones no tienen una duración predeterminada, varía de una a otra, dependiendo del material que se produzca en cada una de ellas. El psicoanalista puede ver la necesidad de terminar una sesión por el valor significante de las palabras del paciente, como un modo de señalar que algo importante ha emergido.
Puedes encontrar más información en la entrada de esta misma web «Apuntes de técnica psicoanalítica».
