Psicoanalista en Barcelona | Psicoanálisis

NO ME ARREPIENTO

A veces el pasado vuelve, o uno vuelve al pasado, o más bien alarga la mano, inclina el cuerpo con esfuerzo y tira de una soga hacia sí para alcanzar aquello que se fue. A veces trae el pasado al presente, para saber. Pero lo que encuentra entre las manos, ¿qué es? Quien se era entonces, sentimientos olvidados, la antigua y perdida capacidad de creer a ciegas en el amor, en la entrega del otro, en su fortaleza para no traicionarnos.

Uno ha vivido desde entonces con una fisura, una ranura por la que se ha ido colando el frío viento de los años. No es lo mismo pasar los días al calor de un fueguecito interno que tener siempre esa corriente húmeda, esa abertura que nada puede cerrar. Porque nadie sabe que está ahí. Porque uno mismo se encarga de mantener abierta para que la pérdida no haya sido en vano, para no olvidar demasiado.

Uno al final quiere silencio. Y no sentir nada, no sentir nada, no volver a sentir nunca más nada.