Psicoanalista en Barcelona | Psicoanálisis

ESA CLARA OSCURIDAD

Demasiado poco duran las noches ahora. Y no duerme nada. Esa luz blanca ilumina con crueldad indiferente y pasa las horas, insomne, tumbada en la cama, las sábanas en desorden, tibias, oyendo ruidos que tal vez no existen e inventando un sol de medianoche, el ártico, nieve y perros que corren.

Cierra los ojos, suspira, percibe su cuerpo de modo irreal, una dimensión absurda, como el de un ser gigantesco, inútil, torpe, varado en el lecho sin remedio. Vuelve la cabeza hacia la derecha y le mira. Él duerme, o tal vez sólo esté representando el sueño para atraparlo, se convierte en lo que el tiempo demanda.

Ella, mientras, se obsesiona con las transformaciones, con las metamorfosis del día, con la negrura violada. Con el peso impuesto del que aún no quiere liberarse. No se mueve, si lo intentase ¿podría?; y se enciende, como a diario, el temor de la sangre, esa evidencia del delito.

Envueltos por la nueva perversión de la noche, inmersos, sumergidos, respiran una diafanidad inconcreta, esa pura angelidad, esa locura mansa de pluma de cisne, como si todo (ellos son todo ahora) hubiera de morir hubiera ya muerto.

Nacerá en abril, piensa. El único amor sin límites.